Mujeres que siembran vida en Palestina
Mujeres que siembran vida en Palestina
Por las montañas cafeteras de Caldas, los Consejos Participativos de Mujeres Cafeteras demuestran que el café no es lo único que florece en sus manos.
En una mañana fresca, entre surcos verdes y el aroma inconfundible del café recién recolectado, nos recibe con una sonrisa amplia Luz Edilma García González, presidenta del Consejo Participativo de Mujeres Cafeteras de Palestina. Sentada en el corredor de su finca, rodeada por el canto de las aves, nos habla con entusiasmo de un proyecto que, más que sembrar árboles, está cultivando futuro.
“Ya empezamos con lo del vivero» cuenta. “Tenemos las semillas, los esquejes y las variedades que necesitamos para sembrar en las cuencas de agua”. Su voz transmite la satisfacción de quien sabe que cada planta es una promesa para la tierra y para las generaciones que vienen.
En esta octava etapa del proyecto de Mujeres Cafeteras, las integrantes han decidido apostarle a la reforestación de microcuencas, una tarea tan necesaria como urgente. Entre los árboles que se preparan para nacer hay frutales como el chachafruto, que aunque difícil de conseguir, es valioso para la fauna y para las familias campesinas.
El consejo participativo está integrado por 15 mujeres, pero en el vivero trabajan seis de ellas, hombro a hombro, cuidando cada plántula como si fuera un tesoro. “Ya con esta etapa sabemos dónde vamos a intervenir explica Luz Edilma Garcia, en la cuenca, en la fuente de agua”.
No es un trabajo aislado. El proyecto ha contado con el apoyo de múltiples aliados, que han aportado al fortalecimiento económico, social y ambiental de la comunidad. “El impacto ambiental es muy importante» insiste. Cuidar las aguas, las quebradas… todo eso hay que reforestar”.
Su mensaje es claro: “Debemos cuidar el medio ambiente. Hoy la gente piensa mucho en lo económico, pero se olvidan de proteger las fuentes de agua. Cuando se talan los árboles, los nacimientos se secan. Y al cuidar el agua, también cuidamos a los pajaritos, a los animalitos, a toda la vida que nos rodea”.
La entrevista termina, pero en el aire queda la certeza de que estas mujeres seguirán sembrando más que árboles: están sembrando conciencia, unión y esperanza.
En Palestina, la reforestación no es solo un proyecto, es un acto de amor por la tierra. Y ellas, las mujeres cafeteras, son sus más firmes guardianas.