Camineros: los guardianes silenciosos de las vías rurales en Manizales

En el 2025, Manizales dio un paso firme hacia la dignificación del trabajo en el campo y la mejora de la movilidad rural al firmar un convenio cuyo propósito es aunar esfuerzos para el mantenimiento de las vías rurales. Un compromiso que va más allá de la infraestructura: es un acto de reconocimiento hacia las comunidades campesinas y hacia quienes, con sus manos, mantienen vivas las rutas por donde transita la esperanza.

Dentro de este convenio se destaca el programa de camineros viales, hombres y mujeres que diariamente se convierten en los verdaderos guardianes de los caminos. Su labor, muchas veces silenciosa, asegura que los 207 kilómetros de vías rurales que conectan los siete corregimientos de Manizales estén en condiciones óptimas para que estudiantes, productores, familias campesinas y turistas puedan desplazarse con seguridad.

Las tareas de los camineros son tan sencillas como vitales: realizar rocería para controlar el crecimiento de la vegetación en ambas márgenes de las carreteras, limpiar cunetas y obras transversales, reparar baches con el material del sitio y atender pequeños derrumbes que en temporada de lluvias se convierten en un riesgo. Son acciones que, aunque puedan pasar inadvertidas, marcan la diferencia entre un camino transitable y una vía olvidada.

Actualmente, el programa cuenta con 39 camineros distribuidos estratégicamente en los corregimientos, lo que ha permitido no solo garantizar la conectividad de las veredas, sino también generar empleo formal en el campo, un aspecto que fortalece la economía rural y brinda estabilidad a las familias campesinas.

Este convenio, más que una obra de mantenimiento, es un símbolo de articulación y compromiso. Porque detrás de cada metro de vía despejada hay una historia, una familia y un futuro que avanza con paso firme hacia mejores oportunidades. Los camineros son, en esencia, la muestra viva de que cuando el trabajo se dignifica, el progreso encuentra camino.